¿Qué es el jabón?

No te parece delicioso poder comenzar el día de una refrescante manera con un baño fresco, o quizá algo más tranquilo por la noche para relajarte del ajetreo del día con un baño caliente. Pero ¿Qué sería de ese delicioso baño sin jabón?

El uso del jabón tiene origen hace miles de años. Aunque no se sabe con exactitud cuándo comenzó, se tienen registros de su uso desde antiguas civilizaciones como los babilonios y los egipcios. ¿Pero cómo hacían el jabón? Mezclando aceites vegetales y animales con ceniza de madera. Con el paso del tiempo, fueron mejorando las técnicas para su elaboración y se comenzó a fabricar jabón de manera industrial en grandes cantidades permitiendo un costo accesible.

El jabón es “una sal sódica o potásica resultante de la reacción química entre un álcali (NaOH, KOH) y un lípido,​ esta reacción se denomina saponificación”. ¿¡Qué!? Que se mezclan las grasas y, en vez de cenizas, un álcali, dando como resultado un jabón. Es verdad, se siguen produciendo como en la antigüedad. Bueno, al menos los nuestros.

Los jabones funcionan “porque son surfactantes que influyen por medio de la tensión superficial en la superficie de contacto entre dos fases”. ¿¡Qué!? Has intentado mezclar aceite y agua… se separan, pero como el jabón contiene propiedades de los aceites se pueden mezclar con la suciedad y se enjuaga con el agua.

Los jabones son efectivos para limpiar y eliminar la suciedad. En el caso de los jabones corporales se usan por higiene y salud, ya que limpia el sudor y los aceites que se acumulan en la piel, evitando que crezcan bacterias.  Como nos dimos cuenta con el COVID-19, ayudar a evitar que se propaguen enfermedades. Por otro lado, el uso de jabón también puede proporcionar una sensación refrescante y relajante cuando contienen ingredientes como aceites esenciales, que pueden ayudar a calmar la piel y proporcionar un aroma agradable.

Otro aspecto muy interesante de los jabones son la composición y los ingredientes: algunas personas prefieren jabones con ingredientes naturales y orgánicos, mientras que otras prefieren opciones más económicas y convencionales. No se puede decir que unos sean mejores que otros porque varía con las necesidades y gustos personales. Sin embargo, lo que no puede faltar en un jabón es la eficacia (saber que va a limpiar la piel y eliminar los gérmenes y la suciedad) y la seguridad (no causará irritación o alergias).

En Luyoli no sólo hacemos jabones corporales cuidando la eficacia y seguridad. Trabajamos con pasión para que tu experiencia sea agradable, que tenga una textura suave y espumosa, fácil de enjuagar, con la fragancia de los ingredientes usados, cuidando el balance de la formulación para cuidar la piel y una presentación que te recuerde que ese baño será un regalo delicioso.

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